Que eres tormenta de verano, porque no se te necesita, pero se te agradece. Vienes, y vuelas mi calma y devastas mis ideas, pero que me das la vida. Porque quien pueda que diga que no ama mojarse en errores, arrepentirse de hacer aquello que no deberías, pero que lo pides a gritos, que miente. Que yo solo necesito ese punto de inflexión donde escapar de mis absurdas leyes, ese punto donde pisarme a mi misma, porque que bonito es que te reinventen. Y te detesto, no te equivoques, porque me desarmas, me perturbas, y te vas, como siempre. Y me enfado, me replanteo y me oriento aun mas fuerte; porque no quiero perder el orgullo, pero que me miento, porque volveré a vendértelo si quieres.
Que eres tormenta de verano, y no te espero, pero aun así vienes; y que no dures, porque no me convienes, pero que vuelvas, que vuelvas siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario