Porque siempre fuimos ( o vamos) un poco a ciegas, aprendí a leer Braille para hacerlo sobre tu piel, ( aquí empieza mi escusa) y ver en cada poro las cláusulas de este contrato al aire, porque es que yo ya no sé de donde venimos, ni por qué seguimos, cuando sabemos perfectamente a donde vamos. Quién pudiera anticiparse a tus descordinados actos, o deshacerse de mis previsibles comportamientos... Susurrarse mentiras, besarnos poco, follarnos menos, hacernos los indiferentes, vivir de farol. Porque apostar por esto siempre ha sido ir con todo a sabiendas de que no llevas nada, una ruina, mi ruina ( aunque a veces también se gana). Un hoy si, mañana no, un continuo no sé, un no se qué, que qué se yo, tantas incertidumbres. Dame otra noche a ciegas, a medias, y lamernos, o jodernos ( que para el caso es lo mismo), volar así todas tus dudas en un disparo sin bala, de alcohol y besos, para que me toque a mi dudar después. Oí, que no habrá paz para los que dudan, nunca acaba donde se frena, para mi (des)gracia comienza ahí, y continua(rá), porque nunca he(mos) entendido mucho de negativas:
"dime que no, y tendré otro motivo más para intentarlo". De locos, tenemos tanto de que hablar, pero son tan pocas las ganas...Que quizás, no me estoy explicando, y ya no sabes ni de donde viene esto ( nunca entendí eso de "dos no hacen si uno no quiere"), como empezarlo o ponerle fin. Verás, que conmigo, no tendrás ni equilibrio ni balanza, y solo tienes para elegir, entre huir de mí (teniéndome siempre contigo), o quedarte conmigo ( y vivir siempre sin mí)
No hay comentarios:
Publicar un comentario